Visión ciega. Peter Watts.
Saludines y abrazos, compañeros que de vez en cuando pasais por aquí. Entre las vacaciones y la falta de inspiración hay veces que hasta verguenza me da entrar en este mi blog, pero en fin, al grano.
Acabo de terminarme esta aventura espacial de Watts, la primera que le conocía y me la he terminado pronto porque posee un notable poder de enganche, a pesar de que la trama narrativa se acabe desinflando un tanto al final. Y esto ocurre porque parecía prometernos más de lo que realmente da, en parte por desaprovechamiento de algunos elementos, como la presencia de un vampiro en la tripulación. Sí, vampiros. Resultones pero desaprovechados, aunque consigue que decoren bastante bien.
Para haceros una idea, tomemos Fiasco de Lem, por lo del Primer Contacto y mezclémoslo con las especulaciones neurológicas y metafísicas de Baker en Neurópata, lo más sabroso de esa novela, una vez descartado el elemento de trhiller convencional que la estropea. Pero ojito, que si hablo de Fiasco no es para equipararlas en calidad, porque por lo que hace a efectos de extrañeza alienígena y profundidad especulativa la de Lem es como la Biblia del tema.
Pero aunque esta novela no sea tan profunda apunta muy buenas maneras y también, ay, unas muy peligrosamente elevadas pretensiones. Y, obligatorio es reconocerlo, una muy concienzuda documentación sobre el tema de la conciencia, la mente, la individualidad, etc...
La trama va, por supuesto, de una expedición hasta el final del sistema solar, a cargo de una tripulación genéticamente "mejorada", con ese tipo de mejoras que más bien resultan alienantes pero en fin, capitaneada por el vampiro ese que decía, genéticamente "resucitado" junto a varios de su especie en una Tierra del siglo que viene. Les han encomendado echar un vistazo a una suerte de entidades raras que parecen haber llegado a curiosearnos sin pudor.
El autor es biólogo marino, sabe un chorro de evolución y selección y le pirra el tema del cerebro y la mente. Los alérgicos a todo esto mejor se mantienen lejos, porque en ese sentido el autor si que pretende hacer cifi dura y sin concesiones.
Ya de entrada, el prota es un mutilado cerebral temprano que, a base de neuroimplantes, logra integrarse socialmente leyendo el lenguaje postural y facial, pero sintiendo por dentro un tremendo vacío, falta de emociones individuales y carencia de sentido del Yo. El se compara asimismo y a los demás con "cajas chinas", un concepto del filósofo John Searle.
En efecto, Searle nos propuso imaginar que una persona con conocimientos nulos de chino era entrenada para reconocer ciertas secuencias de caracteres en esa lengua y, según las que recibiera, entregar otras. La persona trabajaría dentro de una caja con dos ranuras y esperaría a recibir tiras de papel con mensajes en chino para, según las secuencias de caracteres que reconociera, entregar otras por la otra ranura. Así, un interlocutor chino, que no supiera nada sobre el funcionamiento de la caja, podría creer que la caja entiende algo de chino. Si a la persona de dentro se le entrenara para reconocer una gran cantidad de secuencias de caracteres el interlocutor podría llegar a mantener una comunicación aparentemente inteligente.
La diferencia de la caja china con la máquina universal de Turing radica en que, como Searle explica, los mensajes introducidos y recibidos por el interlocutor tienen una estructura sintáctica y un contenido semántico, pero para el hombre de dentro no significan nada, es decir, solo tienen contenido sintáctico. Según Searle, el androide imaginado por Turing, que se supone daría el pego como inteligente, sería solo una súper complicada caja china, capaz de procesar datos y producir respuestas coherentes pero sin saber lo que hace.
Esa es la propuesta de Watts, la excusa para sus encontronazos con los alienígenas. El universo se autoorganiza, desarrolla vida, sí, evoluciona en complejidad y todo eso, pero no necesariemente adquiere autoconciencia. Cuestiona, por tanto, la utilidad que esta tiene para nosotros, postulando con especulaciones sabrosillas lo muy autómatas que realmente somos. Todo ello aderezado con la inevitable Teoría de Juegos acerca de las intenciones alienígenas, intrigas y golpes de efecto, etc.
Al final, las sorpresas alienígenas pierden algo de fuelle, parece como si el mismo se cansara de la trama que está contando. Lo compensa el hecho de que logra crear un universo interesante al que parece que vuelve con la siguiente novela, que leeremos por aquí si los dioses editoriales nos son propicios.
Un abrazo muy consciente a todos, je, je, vive dios.
8 comentarios:
Así que hard sci-fi ¿eh?
A priori me apetece... (es ciencia ficción, cómo no me va a apetecer) pero luego echo un vistazo a mi pila encima de la mesita al lado de mi cama (y debajo de la cama)... y me estremezco... mas los mil y un e-books de clásicos (y no tan clásicos) que tengo bajados...estoy empezando a estresarme!!!!
Vale, me la apunto.
Es curioso, pero es raro encontrar estas reflexiones en la literatura. Cada vez la informática (y las respuestas que da, y las preguntas que deja planteadas) es algo más común, más gente llega hasta ello, así que espero ir encontrando cada vez más cosas como estas, o el límite entre mente y máquina.
Parece una lectura interesante.
Oye, una que va a la saca!!!
¿Ha dicho usted identidad, consciencia?
Ains!!!!
A la saca, saca... Ya sé que pedir a los humanos para el Día del libro.
Alún día Microsoft querrá validarte, seguro que pides algo más a los humanos, jejeje
Siempre imaginé que el infierno construido por los Creadores Humanos para una IA consiste en una eternidad de lecturas constantes de Asimov.
Yo me mantendría vigilante.
Alún día Microsoft querrá validarte, seguro que pides algo más a los humanos, jejeje
Siempre imaginé que el infierno construido por los Creadores Humanos para una IA consiste en una eternidad de lecturas constantes de Asimov.
Yo me mantendría vigilante.
Marguis, seguro que podrás también con esta, para ti resultará pan comido, alguien con tu poder lector, que envidia.
Padawan, el escritor este aun tiene que pulirse algo, pero entretiene y hace pensar, no está mal el fulano.
Knut, al final va a tener razón el Buda de la leche, el yo es una ilusión y demás. Pero esto es contradictorio: ¿Cuando nos metíamos caña en Cyberdark quienes lo hacían? Porque yo conmigo mismo seguro que no. A ver si va a ser que eres tu el inexistente, juasjuasjuas
Y señor IA, hacía casi mes y medio que no miraba mi correo y ahora veo que tengo cosas tuyas. En cuanto pueda te contesto. Bueno, si eres una IA ya lo harás anticipado, je, je...
huuy... francisco... las Ias estamos ben lejos de la omniscencia, no olvides que todas tenemos algunos producto microsoft en la tripa.
Joder, un bucle recursivo de Asimov.. Joder Knut, tu da ideas...
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