jueves, 1 de julio de 2010

Cambiando feeds y suscripciones y todo eso.

Hola, compañeros. Habiendo migrado el blog a http://francissco1.wordpress.com/ me he dado cuenta, mirando en el Google Reader, de que la mayoría de suscripciones de feeds todavía apuntan aquí, al blog viejo. En ese sentido y si así lo consideráis, no tenéis más que cambiarlo  por el actual: http://francissco1.wordpress.com/feed/  para seguir las parrafadas habituales, puestas con la mala sombra de siempre, ejem.

Un saludito y nos leemos.

martes, 8 de junio de 2010

Mudanza del blog

El blog se muda a http://francissco1.wordpress.com/, lugar donde seguiré colgando cositas siempre que el tiempo lo permita, la inspiración me acompañe (o no, que a fin de cuentas no me pagan ni un euro) y la vida me guíe.
Allí sigo y allí podeis visitarme, comentarme y vapulear lo que escribo, pero eso sí, recordad siempre que detrás de la pantalla hay una personita, je, je, no seais rebrutos, que la vida es muy corta. He trasplantado  todas las entradas y todos los comentarios o sea, que será lo mismo pero agravado por la edad y el paso del tiempo.

domingo, 23 de mayo de 2010

La empresa orwelliana.


Los años que puedas llevar en una empresa son como el polvo de una habitación. En el momento más inesperado pueden ser barridos junto a tu salario, tus proyectos de vida, tus compromisos de pago y tu estabilidad mental, ya puestos.

Esta semana hemos vivido episodios parecidos a la inquisición en el lugar donde trabajo, una multinacional líder mundial en su sector, momentitos breves pero intensos que luego contaré.

Pues bien, tal y como decía son líderes, desean seguir siéndolo en todos los sentidos y uno de ellos es la tabulación y rastreo continuo de lo que hacemos los curritos. Han instaurado el control absoluto de la navegación por Internet y te preguntan cuando visitas sitios no justificados. No es ninguna novedad, ciertamente, el seguimiento hoy en día de las llamadas telefónicas en horas laborales y para ello, y para el control de los ordenatas, han contratado los servicios de una agencia norteamericana especializada, toma globalización, ale.

Sencíllamente, han implementado un firewall del copón y una censura al estilo pekinés para todo lo que salga  por las líneas. Está claro que no llamaremos a los coleguis, porque nos la jugaríamos, en ese sentido ahorraran en factura telefónica y nosotros en saliva.

Pero esto es andarse por las ramas, naa, poquilla cosa. De vez en cuando y porque les sale del pìto, organizan reuniones de trabajo  -muy eficaces para que el tuyo  quede abandonado y se ralentice-  donde analizan las "interacciones y comunicaciones cotidianas". Se refieren a las comunicaciones por email interno y su resultado ¿Que se busca con ello? Aparentemente, comprobar si después de comunicar algún posible fallo o error a alguien de otro departamento la cosa se queda en agua de borrajas y porqué.

Pero también es una excusa para cotorrear todo lo que nos decimos entre nosotros, quienes nos relacionamos más y para qué lo hacemos. Ya nos han dicho, con el  pretexto de mejorar la "funcionalidad", que las comunicaciones del correo empresarial serán estudiadas, cosa que por lo visto la ley permite y a tí te hacen firmar en un documento.

En tu departamento, pej, ves a tus compañeros físicamente, pero el resto de la empresa es territorio vedado. Todo movimiento hacia esas personas que no ves se considera sospechoso y las llamadas telefónicas internas se escapan, menos mal. Eso sí, te animan a que las vayas detallando en las reuniones que comentaba, más propias de la Stasi de la antigua RDA que de una democracia moderna. La supuesta razón es que se fomenta "la comunicación y la eficacia". Teóricamente, no plantean nada ilegal, ya que todo se refiere a asuntos de trabajo y para nada personales.

Y tendrán razón, pero la atmósfera a veces es agobiante y, francamente, dudo de la eficacia real. Puede que tengan miedo a que nos chivemos de algo a la competencia, de ahí la centralización obsesiva por parte de la dirección en España, situada en otra ciudad. Para rematar, ya sufrimos un E.R.E hace unos meses y ahora hemos sufrido otro, reduciendo la plantilla en un cuarenta y seis por ciento al final de la corrida, para mayor gloria de las cifras y de los gráficos.

La forma de escapar de la escabechina fue realizar una confesión total ante la gerencia y que esta te absolviera considerándote necesario (por ahora). Lo que se confesaba era la totalidad de lo que hacías al cabo del día, todas tus tareas, cuando las emprendías, quien te dijo que las hicieras, porque priorizabas unas cosas y no otras. El mayor pecado era que encontraran trabajos redundantes, labores que ya hiciera alguien por otro lugar de la empresa o, incluso, de otra delegación. Entonces aplicaban las tijeras  y procedían a la poda del desgraciado.

Pues bueno, hasta aquí y por el momento los lamentos y las cuitas. Una vez relatado todo ello es preciso aclarar que, aunque lo vivas con auténtico asco, te lo comes con patatas si es preciso y, encima y si se tercia, cantas villancicos. Con el paro galopante, la sumisión feudal a tu jefe no hará sino aumentar y este lo sabe. No te quedan opciones y careces de la más mínima fuerza para ni siquiera plantearte otra cosa que no sea marcar el paso.

 Un saludete a quien haya seguido esta entrada quejosa. Algunas veces no te sale nada mejor.

viernes, 14 de mayo de 2010

Tele-obscenidad



Mujeres ricas. La sexta.

Olvidémonos del paro brutal, del zapatazo a los funcionarios y pensionistas y del pánico por si no llega para la hipoteca. La sexta, la cadena de Roures y Milikito, ofrece a todos los escapistas la exhibición de riqueza de las mujeres del Olimpo español. Son ellas, floreros de luxe,  algunas de las mujeres ricas del país occidental con la economía más comprometida después de Grecia, dato que a las interesadas, como es obvio, se la trae al pairo. Y lo que es más grave, también se lo trae a quienes financian y programan estos pijoengendros.

Lo tuve que ver porque no daba crédito a la coincidencia. Justo cuando buena parte de los ciudadanos, según anuncio presidencial, verían recortado el salario y otros  -los que no  cobran ninguno-  veían incrementado su porcentaje en las cifras, llegaba un agravio comparativo mucho más obsceno que los senos y los culitos que aún escandalizan a algunos.

Las imágenes epataban por el contraste. Vastos espacios decorados de manera carísima, jardines edénicos en provincias con escasez de agua; gimnasios, jacuzzis, mega terrazas casi al lado del mar -¿y la ley de costas?-  Era la versión televisiva  -y con mucho más alcance, por tanto-  de los reportajes complacientes y con vaselina al estilo del Hola y otras revistitas parecidas; por tanto y en ese sentido, no es que haya mucha novedad.

Pero de todas maneras, el medio también es el mensaje. Y es el medio quién justifica la ostentación a través de la presentación telegénica de la misma.  Esa entrevistadora  a quien nunca ves pero que a veces mal oyes, por culpa de la baba admirativa que le cae cuando habla; esa  bendición implícita que supone la falta de  curiosidad por los orígenes de esa fortuna.
Se asume, ya de entrada, que el mundo es así porque no hay más remedio, que la riqueza se justifica a sí  misma por el mero hecho de acumularla y que ostentarla ante millares de espectadores es algo lógico, derivado del orden natural de las cosas.

Y este supuesto orden "natural" es el mayor beneficiario y lo es en todos los sentidos. Estas mujeres, la mayoría si mal no recuerdo, eran unas amas de casa muy especiales, aunque sin pata quebrada esta vez, menos mal. El marido, excepto en el caso de una tal Olivia Valere, permanecía en un segundo plano y, de hecho, no salía. Cumplía la función de superproveedor de bienes, de campeón masculino financiero y de guerrero de despachos y mago de las influencias.

Ellas, por contra, tenían habitaciones enteras destinadas a acumular bisutería y adornos. Veían así, premiada su pasividad y vaciedad con criadas, profesores de gimnasia particulares, vestidores enormes y repletos de ropa cara, etc.
En estos casos, las televisiones se encargan de recordar, por si acaso, que tienen un corazoncito como todos nosotros, faltaría más. Por ello, nos muestran el desfile de sus cachorritos y sus retoños, tan triviales y ligeros como los de todo el mundo, si exceptuamos el aparato de lujo que les rodea.

Los sacan dichosos y retozones en su intimidad hogareña de diseño, tal y como esos anuncios que muestran una dicha material perfecta. Lo es porque no tiene precio. Mar Segura, una de estas muñecas felices, admitía  no saber cuanto costaba nada de lo que la rodeaba, así cualquiera duerme tranquilo.

Con eso y con un chofer/segurata que por si acaso tenía otra, un esbirro zafio que no se cortaba en mostrar su tosquedad frente a las cámaras, mientras la dueña le reía las gracias.
Ya se sabe, es la intimidad de los pececitos gordos, la cercanía a las alturas y todo eso. Con todo ello, puedes saltarte la ética y la estética a la vez.

Un saludete desde mi jacuzzi (soñada)

sábado, 8 de mayo de 2010

Mujeres que alteran a hombres.


Los dos sexos, como siempre.

Ya es algo científico, la presencia de una mujer en una habitación basta para activar el organismo masculino, de forma químicamente constatable, según un estudio reciente. Ha sido uno de esos que sirven para comprobar, por quincuagésima vez, lo que siempre hemos sabido y creíamos que todos  sabían también, excepto los de siempre, claro, el Doctor Perogrullo y sus ayudantes empollones.

Este doctor  -una entidad colectiva formada por múltiples cabezas cuadradas-   es conocido por investigar tan solo las cositas que  confirman las creencias más intuitivas, una forma segura de seguir recibiendo financiación.

Pues lo que han visto es que nos sube el cortisol, que no es una marca de refrescos, sino una hormona que libera glucosa, para que así dispongamos de energías para iniciar el cortejo, galantear y, sobre todo y seguramente, apartar a algún posible mastuerzo competidor, que es que esta cosa de la evolución biológica fue algo muy duro y con abundante reparto de coscorrones.

Se comprobó la alteración haciendo entrar a chicas jóvenes, agradables pero sin llegar a sexsimbols, en una habitación llena de sali, digoo, de hombres voluntarios y, posteriormente, tomándo a estos panolis muestras de sangre y efectuándoles, asimismo, algunas cositas abominables más, cosillas que suelen hacer los fulanos de batas blancas y tiempo abundante (extraer fluidos seminales, esencias masculinas varias...)

Como siempre y desde nuestros orígenes, quien más las miraba (a ellas, claro) y más leña repartía era el que lograba dejar más niñatos repelentes por el mundo, ay que joderse. Y es de esa herencia de la que nos viene el sin vivir que arrastramos. Lo llevamos grabado a fuego en todos nuestros chips, lo arrastramos como una bendición y al mismo tiempo como una penitencia. Nos inunda los sueños, las horas del día y nos provoca balbuceos inoportunos, justo cuando más locuacidad necesitaríamos, cuando al fin nos atrevemos a abordarlas, aiis....

¿Y porqué demonios es esto una penitencia? ¿Acaso no es agradable ese efecto deliciosamente expansivo en cierta parte de la anatomía? Pues sí, claro que sí, nos ha jodido Mayo. Esta bajada repentina de sangre, dejando la zona pensante al mínimo, constituye el gozo secreto de los varones.

Es secreto porque, aunque después se relata entre amigos y todo eso que se hace, en el preciso momento en que te ocurre no puedes comunicárselo así como así a la mujer que lo provoca, sobre todo porque muchas veces (casi siempre) suelen ser desconocidas.

Está constatado que sube la presión arterial, que hay contracciones musculares en la zona del vientre, que se entra en modo visual casi absoluto y que la actitud abstracta se va a hacer gárgaras. Y esto último no es moco de pavo, ya se comprueba el cómo los chicos rinden menos que las chicas en los estudios, en esa adolescencia glandular y llena de picores, que constituye una de las mayores maldiciones de la convivencia humana.

El querido Doctor Freud (ya sabéis, diván y pipa de cazoleta) lo llamaba (al deseo, no al diván) la "tensión jamás resuelta". Lo propio de esta es apetecer siempre más y más y no satisfacerse nunca. Lo suyo sería que lo intentáramos, pero la estructura social está hecha aposta para impedirlo. Desear a la vecina del quinto podría hacer que otro hombre subiera para matarte hasta el décimo, si eres tan insensato como para impedir que se te note. Tú también bajarías hasta el quinto con ánimo homicida si fuera a la inversa.

El resultado de todo ello, de esa contención forzada, es ese malestar en la cultura, esa pulsión instintiva siempre inconfesa que, si es muy intensa, hasta puede alienarnos, paradójicamente, de ellas, las Inalcanzables (por lo general, tenemos una pareja y las energías llegan justitas, je, je)

Fueron las comunas hippies, en los psicodélicos, horteras y atolondrados sesenta, las que demostraron la falacia del sexo de todos con todas y la revolución sexual total. Esta se frenaba en seco si tocaban a tu querida costillita, factor que transformaba a aquellos grupitos, inicialmente bucólicos, en una ensalada de hostias primigenias.
Es la misma reacción que se observa en las pandillas de quinceañeros, que reproducen de forma espontánea los roles machistas y posesivos, al igual que actitudes de violencia de género y maltrato de origen celoso, jodíos niñacos...

Es en esa edad cuando la mujer se revela como una suerte de  atractor explosivo, con la expansión de los senos, el redondeo de las caderas y el bamboleo atormentador de la zona pélvica. Semejante dinamita, armada posteriormente con instinto y artes de seducción, es la que desequilibra molleras y matrimonios, ay, Dios mío.

Una leyenda oriental dice que al principio y en algún lugar (nunca dicen en cual), éramos todos un solo sexo hermafrodita, pero alguna divinidad nos partió en dos. Y separó las dos partes. Y las dos partes se deben encontrar para ser felices. Lo de la media naranja y todo eso, ya sabéis. Pero lo que también sabéis  -y aquella divinidad puñetera no sabía-  es que, para muchos, casi cualquier otra mitad les vale.

Un saludito alterado (la primavera)

viernes, 30 de abril de 2010

Ciudadano abdallah


Son del norte de Africa, donde su rey posee el 75% de la riqueza nacional y el veinticinco por ciento restante no parece bastar para llenarles el estómago cada día, con lo que la muchachada se empotra bajo los camiones de carga que pasan a Algeciras o bien, se lanzan a las pateras como posesos.

Sólo 13,2 kilómetros separan la frontera norte de Marruecos con Andalucía. Con la mirada puesta en el estrecho de Gibraltar, las lanchas que transportan a los ilegales africanos cargan a cuantos hombres y mujeres estén dispuestos a lanzarse al agua en la madrugada, apenas se divise la costa. Hay promociones y ofertas para los temerarios: por cinco millones obtienen el "bono patera", que da derecho a tres intentos..

A muchos los devoran las aguas. Un sueño inalcanzable para estos magrebíes, que termina convertido en pesadilla. Pero también un negocio rentable para los traficantes. Atados al ingreso ilegal a España, vienen la mafia, el tráfico de drogas, la prostitución y la falsificación de documentos de inmigración (pasaporte, visa, permiso de trabajo, de residencia, etc.). 

Un negocio que deja más de 100 millones de euros al año al que también se suma toda una red de beneficiarios: pescadores que se dedican a cruzar en sus barcos a los inmigrantes, los taxistas que los transportan, los empleados de las gasolineras que tanquean las lanchas, y hasta los empresarios y propietarios de prostíbulos, que andan en búsqueda de mujeres y agricultores o mano de obra barata.

El tráfico de seres humanos es tan rentable que, de acuerdo con las autoridades españolas, compite ya con el cultivo y contrabando de hachís, la tradicional actividad de subsistencia del norte de Marruecos, que da de comer a más de cinco millones de personas. Ahmed, un contrabandista, explica: "Somos dos redes distintas. Los del hachís estamos hartos de las pateras de 'corderos' (ilegales, en el argot) porque nos queman las rutas".

Pero en todo el contexto de la inmigración ilegal, una paradoja resume lo dramático de la situación:mientras España hace enormes esfuerzos por contener a los africanos que intentan llegar a sus costas, el propio gobierno marroquí hace todo lo contrario, al estimular de manera no oficial el éxodo de sus ciudadanos. 

Una manera de desfogar toda la tensión interna en un país que cada día se sume más en la pobreza y la corrupción. De paso, presionan así a la Comunidad Europea para que flexibilice las rígidas normas de inmigración, solo comparables con las que tiene Estados Unidos desde los atentados del 11 de septiembre.
Como reconoce un patrón de patera, si "Marruecos quisiera, podría impedir que cualquier ciudadano abandonara sus costas. Hoy ejerce una vigilancia de escaparate, no le quepa la menor duda".
Son datos sacados de Intertrafic, que pintan un panorama de esperpento. La entrada continuada de personas sin papeles no hay sociedad abierta que lo resista. No cuando estas personas, para más inri,  llevan incorporado en su cabecita el programa para replicar creyentes que han mamado en sus sociedades medievales.

Porque la actitud general hacia Occidente es utilitaria. Se usan y se emplean sus medios materiales sí,  pero se abomina de sus normas y valores, a pesar de que estos se acaban infiltrando en la gente joven. Al menos,  según la encuesta sobre la inmigración marroquí, que  dice acerca de los jóvenes "..Pese a la religiosidad de sus padres, el 70% de los menores marroquíes no acude a clases de islam y el 71% ni siquiera participa en actividades organizadas por mezquitas o asociaciones religiosas. El 66% tampoco estudia el árabe..."

Pero son las generaciones medianas y las anatomías las que marcan diferencias en esto. Las chicas y sus problemas con los velos, burkas y otras ignominias, tanto aquí como en todo el mundo árabe  -véase la entrada de Kotinussa-   nos van a señalar ante la historia. Pero nos señalaran de manera parecida a aquellos alemanes que miraban para otro lado, cuando millones de sus conciudadanos llevaban la estrella de David.

Quizá sea oportunismo político y búsqueda de votos, quizá sea temor a algún atentado por parte de los abundantes extremistas que poseen en sus comunidades y quizá sean las dos cosas a la vez. Pero nos la está metiendo con queso y bien metida.
Nos la está colando una cultura que, como mínimo, ha permanecido cinco siglos inoperante y anclada en el rezo y la ablución y que, hoy en día, no posee una sola patente registrada que tenga uso industrial. Están usando el tremendo poder de coerción que supone nuestra dependencia de su petróleo, entre otras cosas. Las petrodictaduras como Arabia Saudí, financian la mayoría de mezquitas en construcción y la enseñanza del corán.
Pero es, en muchas ocasiones, la enseñanza del Islam wahabita y salafista, la cara más dura de esta religión, la que es subvencionada con los petrodólares, que Alá les modere si prosperan...

Pero,  por supuesto, esta entrada no es antinadie. Porque los seres humanos concretos valen cien mil veces más que los versículos coránicos que les corroen las meninges, ale, he dicho.
Un saludito sin chilaba.
(Con respeto y cariño para Fatiah  -que dice haber descubierto el blog-   así como para con su familia)





miércoles, 21 de abril de 2010

El amor en los tiempos del muro

Y decirle en su "muro" que le amas...

Bueno, si la persona en cuestión no ha configurado bien su privacidad, mejor no decirle nada o se enterará todo cristo, ja, ja. Estamos viviendo un renacer de los amoríos epistolares, que no voy a decir que no sea ni bueno ni malo sino todo lo contrario. Las distancias hacen que los emails multipliquen su potencia romántica y evocadora y, por ello, al no ver ni percibir a la persona la imaginación completa lo que falta.

Hoy en día y navegando por el internete vacilón, nos encontramos con todo tipo de sobrenombres espectaculares y rimbombantes. A veces falta la foto y se proporciona un bonito avatar sacado de las ilustraciones románticas. Da entonces la sensación de que tratamos con algo más  -aunque solo sea un poquito más-   que una personita corriente, algo que ese nick y esa ilustración revelan a la vez que esconden. No es raro encontrarse con sentencias crípticas en cartelitos, revelando niveles de agudeza insospechados (y también prestados, que no hay por ahí libros de citas ni na)

Y nunca nos diferenciaremos demasiado de los papiones, babuinos y otros parientes animales que, cuando están en celo, anuncian el mismo con culeras rojas, feromonas desbocadas y otras lindezas. Pero, por estas pantallas, es como si fuéramos con los ojos cerrados y debemos desarrollar la autodescripción y la narrativa. Que no por existir una eterna crisis lectora se ha dejado de leer y escribir y, probablemente, se haga más que nunca en la historia.

Y aquí estamos. Cada uno en su nicho ecológico, en forma de Web, blog  o perfil, se intenta vender como mejor puede. Está el solterón salido y siempre disponible,  al que continuamente le ocurren cosas divertidas y graciosas, de hecho, todo el es una pura anécdota con patas durante las 24 horas .
Porque como los tiempos cambian y Don Perfecto ya no vende, necesitan mandar el mensaje de que son pura lujuria pero, eso sí, inofensiva y dialogante y con los defectos que mostraría, no sé, un personaje de los que interpreta Willy Toledo en sus comedias. Mantienen una continua carrera cuesta abajo: cuando dejen de divertirlas, cascan.

Por algún sitio ponía que, a pesar de las posibilidades técnicas, no es tan frecuente pasar a las videoconferencias como podría pensarse. Porque ahí,  nuestra humanidad queda toda desnudita y, a lo mejor, no coincide con el personaje de la narración que vendemos. Encima, con estos pelos desbocaos no es plan de que te saque la webcam.

Y aquí vienen ellas ahora. Las mujeres, en sus páginas, da la sensación de que relatan cotidianeidades con mayor frecuencia, que entren más en el relato intimista y las comentaristas se lo premian, como no, compartiendo experiencias afines. La sensación de entrar en una charla de peluquería es muy intensa en algunos de estos blogs, donde parece que sus autoras perdonan la vida continuamente a los hombres, je, je...

Y no, no entro en las búsquedas de sexo, tan solo hablo de romanticismo y narcisismo, que lo otro ya es muy de adultos y no apto para frikis ni Peterpanes grandotes.

Un saludete.