domingo, 26 de agosto de 2007

Jasones, científicos militantes


LOS JASONES. LA HISTORIA SECRETA DE LOS CIENTÍFICOS DE LA GUERRA FRÍA
Ann Finkbeiner (Paidós)

La autora de este libro cita la condena de la curiositas por parte de San Agustín como algo contraproducente, según el, que llevó a pecar a Adán. Este pecado es el que me ha llevado a comprar este libro, con sus fallos pero que no deja de ser apasionante y, también, este sentimiento es el motor de toda indagación, investigación, etc, acerca de como funciona el mundo.


Jasón es la denominación de un grupo secreto de científicos de élite que se creó en USA a partir del proyecto Manhattan y apadrinado por Oppenheimer, Teller, Fermi, Binder y otros popes notables de la física de aquella época, los cuales habían contribuido al desarrollo del arma nuclear.


Solamente se llegó a descubrir su existencia a raíz de la filtración a la prensa de los, por aquel tiempo, controvertidos y famosos papeles del pentágono, un informe redactado por un comité de científicos a petición del secretario de defensa, Robert Mcnámara, donde se decía que los bombardeos masivos de Vietnam del Norte habían sido un fracaso y se abogaba por la implementación de sensores y la guerra electrónica, completamente nueva por aquella época, para contrarrestar la eficacia de la ruta Ho-Chi-Minh utilizada por los comunistas.


Los sensores desarrollados ya para aquella guerra supusieron un punto de inflexión en la concepción del combate y ayudaron,entre otras, a desmontar el asedio a la base yanqui de khe-san. Vendrían después desarrollos tales como la óptica adaptativa, cedida al sector civil, los avances en guerra submarina, en detección de pruebas nucleares extranjeras, en mantenimiento de arsenales misilísticos, ese Moloch que duerme y asusta, en tácticas de guerra sociológica contra la insurgencia, análisis de guerrillas urbanas, etc


Jasón ha sido el aprendiz de brujo de las administraciones norteamericanas, los niños listos que usaban la física y otras disciplinas para ejercer su patriotismo. Su palabra prestigiosa podía arruinar proyectos políticos por ser inviables o irrealistas. Eran y siguen siendo, cosa que se puede ver por la importancia dramática de los temas en que trabajaban, los detectives científicos de la guerra fría.


Nombres como Weinberg, Feynman, Murray-Gellman, etc, me sorprendieron por su inclusión en este grupo. En ese sentido reconozco en mí, como profano en Física, una cierta candidez que se concreta en suponerles virginidad política de manera automática a los etiquetados como científicos, error ingenuo, ya que es imposible soslayar la fuerza de las identidades de clan, patria, etc, a pesar de la cualidad abstracta de los intereses profesionales.


Muchos de ellos tuvieron remordimientos de conciencia, cosa que refleja la autora y, además, sufrieron el intenso repudio de la izquierda académica y contracultural en los años turbios del Vietnam.


Libro interesante, al que únicamente le reprocho lo mareantes que llegan a ser a veces las descripciones de la burocracia estadounidense, con esa selva de siglas y organismos que se creaban y anulaban.







3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchos de ellos tenían vinculaciones con antiguos nazis

Anónimo dijo...

Es lo que decías, da muchos datos pero le sobran demasiadas siglas, marea un poquillo

Anónimo dijo...

Por cierto, podrías apuntar el blog en la red de blogs progresistas, solo sugiero