miércoles, 28 de mayo de 2008

Los Heroes inconscientes. Max Frei y Castaneda


Y para romper el silencio, os hablo de Los Reclutas de la Eternidad, Forastero, las dos narraciones que ha publicado el tándem ruso Max Frei, que sin ser nada que te haga estremecer sí que me han hecho pasar ratos sumamente amenos.

Me daban gustirrinín la agilidad, comicidad y desenfado de los diálogos, que despiertan ecos de las antiguas comedias de Hollywood con Cary Grant y demás. De hecho, las recuerdan hasta el punto de que los personajes mantienen unos idilios hechos de sexualidad sublimada, para que la historia pueda centrarse en los prodigios mágicos y vivencias del personaje.

Es una pena que Minotauro haya decidido no continuar con la serie, de un muy buen nivel...medio, je, je, con una inventiva fantasiosa de los más apreciable.

Es fácil averiguar las razones del gancho de la narración. Un tipo que vive en nuestro "plano" de realidad, por llamarlo de alguna manera, con una vida cotidiana inevitablemente gris, como la mayoría de la población, resulta que tiene unos sueños llenos de personajes sumamente reales, donde vive situaciones más vívidas y coloridas que en su propia vida, al punto que en uno de los sueños decide "pasarse" al otro lado, gracias a los servicios de una especie de mago/mentor/gurú que además es un importante baranda del plano de al lado.

En dicho Universo hará de detective, atrapando nada menos que a poderosos brujos. Y bien que lo hace, pero lo más chocante es que lo hace al estilo inconsciente de Castaneda, que realiza prodigios ontológicos sin tener ni pajolera idea de como lo ha hecho. Al igual que Castaneda, recibe tremendas reprimendas de su mentor en el sentido de que tiene "algo" que debería respetar más, otorgándole los adecuados créditos.

Hablando de este último, con todas las barbaridades e inconsecuencias de tipo antropológico del Castaneda, que las tiene a mansalva, reconozco que mi lado fantasioso se sentía cautivado por los extraños mundos y las ontologías atormentadas y retorcidas que inventaba, poblando México de criaturas fantásticas, naguales, barrancos con poder, je, je.

Con pretensiones bastante mayores que las de Frei, que solo presenta honestas novelas de Fantasía explícita, creo que plantó el arquetipo para este tipo de héroes. Son los Héroes inconscientes, las terminales con patitas de entidades poderosas, los que no tienen que pensar siquiera como vencer porque en realidad, como son algo mucho mayor de lo que se ve, resuelven por el mero hecho de ser, de existir, son la apoteosis del veni, vidi, vici y plantean un universo de moral aristocrática, o naces de los "elegidos" por Lo Que Sea Que Existe y Corta El Bacalao o aceptas sus manifestaciones con adecuada veneración nietzcheana por la Fuerza, que no puede sino mandar...ay , mami.

Funcionan como icebergs, cuya parte oculta es la que se encarga de romper las quillas de los barcos. Sus mentores, tan enteradillos ellos, tratan de poner el pensamiento racional a la altura del betún, como la hoja del perejil, como chupa de Dómine. En estas narraciones, atractivas eso sí, cualquier atisbo de la racionalidad ilustrada que sirve al Yo para comprender y decidir es considerado culpable en nombre, como no, de otro discurso, de una metafísica exótica y con frecuencia barroca, una metafísica de la ausencia de ese Yo, esa conocida manifestación de un proceso evolutivo ciego.

Desde luego que nadie duda hoy en día, y yo menos que nadie, del procesamiento en paralelo que hace nuestra mente de las informaciones, ni de la existencia de instinto atávicos plasmados en los genes, ni de patrones abstractos que emergen de la realidad y que la determinan notablemente, tampoco de que la racionalidad va mudando sus premisas con el paso del tiempo, pero las propuestas de los irracionalistas, narradores atractivos algunos de ellos, van más allá.

En efecto, el Yo sería un mero apéndice de las estructuras, sean del nivel que sean, con la advertencia de que como las tales sean de tipo idiomático serán todopoderosas y determinadoras de la realidad, tan cercano ello a los conjuros de poder y al estructuralismo linguístico, fíjate tú.

De ahí a la disolución del Yo , casi no hay más que un paso, que ya daba Jung, partidario del Ello, frente a Freud que lo era del ego, camino que siguió Lacan con sus excesos y, por supuesto los franchutes deconstructivistas y demás. No me cabe duda de que del abono de esos campos surge, más tarde, toda esa literatura llena de protas-medium, alguna de ella bastante amena...

Un abracete irracional y teleguiado a todo quisque.

lunes, 12 de mayo de 2008

Virtualis fraternitatis

Acabo de caer en la cuenta, hacía una burrada de tiempo que no escribía por aquí, aunque a veces sí que procuro participar en los blogs de algunos entrañables compis. Así pues, esta entrada ya comienza inspirada, ahora que caigo en la cuenta, por la necesidad de narrar algunas sensaciones cotidianas , exigencia que se impone a ese ente lector que tenemos como segunda personalidad el cual, ultimamente y al menos en mi caso, no encuentra su sitio en los días de agitación y problemas personales que estoy viviendo.

Se supone que, siendo devoradores culturales, nuestras aportaciones a la blogosfera debieran versar sobre el libro Tal, la película Cual, etc, vamos, un articulillo que, o bien ensalza y anima a su consumo, o bien lo pone por los suelos, todo por el Santo Desahogo del degustador literario.

Pero sucede que en los últimos tiempos no he leido nada que supere un mínimo listón, que provoque un cierto estremecimiento de mi alma o lo que sea que tenga por ahí. Mira que es mala suerte, con la Pila de pendientes desbocada y salvaje que tengo y no haber pillado nada que valga la pena, a ver si agarro por ahí algún ladrillo para darme en los dientes, coñe.

Por lo tanto, y al no poder ofrecer un comentario pretendidamente erudito, no tengo más remedio que aprovechar la oportunity para lamentar el hecho de nuestra separación física, ay, Carmela, el vacío espacial y físico que nos separa, más lamentable cuanta mayor es la afinidad constatable y existente entre nuestras respectivas inquietudes culturales y demás.

No, no estoy diciendo que pensemos lo mismo en todo ni mucho menos; ni que todos sepamos lo mismo sobre las mismas materias, ni que todas nuestras mutuas recomendaciones literarias y demás vayan a dar en la diana. Pero, ¿acaso me importa a mí, a estas alturas de la época post Cyberdark/Sedice, que el producto cultural X, recomendado con pasión por el/la blogoamig@ tal, haya salido rana? ¿Acaso no proyecta un matiz de diferenciación de lo más interesante, que nos habla de una sensibilidad cercana pero también muy diferente? ¿No nos acercan a veces más las diferencias que las coincidencias?

Pero nuestra impronta, la mía, las vuestras, solo se reflejan en pantallas llenas de grafos, en nics, porque no hay guapo que se salte el kilometraje que nos separa, ni que solucione esa Superconversación pendiente cara a cara que nos espera en el Gran Día de nuestra Kedada, je, je,

Menos mal que tenemos esto, que puede uno tener la suerte de leer a Knut, Instan, Errantus, Legna, Noala, Iarsang...son todos ellos el alma que le falta a esta pantalla de los cojones (sorry)...... El placer de leerlos compensa el vacío de la Internet y el hecho de no poderles dar un abrazo y verles la expresión, la mirada de los ojitos.

Sobre todo en este año duro y puñetero que llevo, en el que a veces pasan dos semanas sin ver a mi querida mujercita y la puta crisis económica de las hipotecas nos está arañando, provocándome un stress y un insomnio que no veas, a mí, que solía dormir como un tronco y ahora me veo convertido en una entidad hiperalerta y vigilante, que mira que habrá mucho que vigilar cuando estás en la cama, ja, ja. En fin, lamento este último desahogo pero la realidad a veces pega unas patadas y unas coces que no veas...

Un abrazo coceado a todos (de momento es lo que hay, ya mejorará.)