Si Jasón, o más bien los científicos que lo componen, eligen bando, es porque quizá es algo inevitable. Acerca del libro comentado en la última entrada es necesario señalar que este hecho es presentado por la autora del libro como algo positivo, basándose en motivos pragmáticos y utilitaristas. Lo que no debiera ser inevitable es la disculpa automática, pecado que acecha a la autora de forma sibilina a lo largo del libro, que evita como puede aunque a veces sucumbe a el.
Es de esperar que una periodista americana vea con simpatía la contribución de un científico patrio al esfuerzo bélico y que reseñe las actividades compensatorias que los implicados llevan a cabo para descargarse la conciencia. Menos evidente parece serle que otros paises también pueden tener sus jasones, igualmente justificables con parecidos argumentos.En fin,me despido por tres o cuatro días, un saludín.
domingo, 26 de agosto de 2007
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