viernes, 30 de abril de 2010

Ciudadano abdallah


Son del norte de Africa, donde su rey posee el 75% de la riqueza nacional y el veinticinco por ciento restante no parece bastar para llenarles el estómago cada día, con lo que la muchachada se empotra bajo los camiones de carga que pasan a Algeciras o bien, se lanzan a las pateras como posesos.

Sólo 13,2 kilómetros separan la frontera norte de Marruecos con Andalucía. Con la mirada puesta en el estrecho de Gibraltar, las lanchas que transportan a los ilegales africanos cargan a cuantos hombres y mujeres estén dispuestos a lanzarse al agua en la madrugada, apenas se divise la costa. Hay promociones y ofertas para los temerarios: por cinco millones obtienen el "bono patera", que da derecho a tres intentos..

A muchos los devoran las aguas. Un sueño inalcanzable para estos magrebíes, que termina convertido en pesadilla. Pero también un negocio rentable para los traficantes. Atados al ingreso ilegal a España, vienen la mafia, el tráfico de drogas, la prostitución y la falsificación de documentos de inmigración (pasaporte, visa, permiso de trabajo, de residencia, etc.). 

Un negocio que deja más de 100 millones de euros al año al que también se suma toda una red de beneficiarios: pescadores que se dedican a cruzar en sus barcos a los inmigrantes, los taxistas que los transportan, los empleados de las gasolineras que tanquean las lanchas, y hasta los empresarios y propietarios de prostíbulos, que andan en búsqueda de mujeres y agricultores o mano de obra barata.

El tráfico de seres humanos es tan rentable que, de acuerdo con las autoridades españolas, compite ya con el cultivo y contrabando de hachís, la tradicional actividad de subsistencia del norte de Marruecos, que da de comer a más de cinco millones de personas. Ahmed, un contrabandista, explica: "Somos dos redes distintas. Los del hachís estamos hartos de las pateras de 'corderos' (ilegales, en el argot) porque nos queman las rutas".

Pero en todo el contexto de la inmigración ilegal, una paradoja resume lo dramático de la situación:mientras España hace enormes esfuerzos por contener a los africanos que intentan llegar a sus costas, el propio gobierno marroquí hace todo lo contrario, al estimular de manera no oficial el éxodo de sus ciudadanos. 

Una manera de desfogar toda la tensión interna en un país que cada día se sume más en la pobreza y la corrupción. De paso, presionan así a la Comunidad Europea para que flexibilice las rígidas normas de inmigración, solo comparables con las que tiene Estados Unidos desde los atentados del 11 de septiembre.
Como reconoce un patrón de patera, si "Marruecos quisiera, podría impedir que cualquier ciudadano abandonara sus costas. Hoy ejerce una vigilancia de escaparate, no le quepa la menor duda".
Son datos sacados de Intertrafic, que pintan un panorama de esperpento. La entrada continuada de personas sin papeles no hay sociedad abierta que lo resista. No cuando estas personas, para más inri,  llevan incorporado en su cabecita el programa para replicar creyentes que han mamado en sus sociedades medievales.

Porque la actitud general hacia Occidente es utilitaria. Se usan y se emplean sus medios materiales sí,  pero se abomina de sus normas y valores, a pesar de que estos se acaban infiltrando en la gente joven. Al menos,  según la encuesta sobre la inmigración marroquí, que  dice acerca de los jóvenes "..Pese a la religiosidad de sus padres, el 70% de los menores marroquíes no acude a clases de islam y el 71% ni siquiera participa en actividades organizadas por mezquitas o asociaciones religiosas. El 66% tampoco estudia el árabe..."

Pero son las generaciones medianas y las anatomías las que marcan diferencias en esto. Las chicas y sus problemas con los velos, burkas y otras ignominias, tanto aquí como en todo el mundo árabe  -véase la entrada de Kotinussa-   nos van a señalar ante la historia. Pero nos señalaran de manera parecida a aquellos alemanes que miraban para otro lado, cuando millones de sus conciudadanos llevaban la estrella de David.

Quizá sea oportunismo político y búsqueda de votos, quizá sea temor a algún atentado por parte de los abundantes extremistas que poseen en sus comunidades y quizá sean las dos cosas a la vez. Pero nos la está metiendo con queso y bien metida.
Nos la está colando una cultura que, como mínimo, ha permanecido cinco siglos inoperante y anclada en el rezo y la ablución y que, hoy en día, no posee una sola patente registrada que tenga uso industrial. Están usando el tremendo poder de coerción que supone nuestra dependencia de su petróleo, entre otras cosas. Las petrodictaduras como Arabia Saudí, financian la mayoría de mezquitas en construcción y la enseñanza del corán.
Pero es, en muchas ocasiones, la enseñanza del Islam wahabita y salafista, la cara más dura de esta religión, la que es subvencionada con los petrodólares, que Alá les modere si prosperan...

Pero,  por supuesto, esta entrada no es antinadie. Porque los seres humanos concretos valen cien mil veces más que los versículos coránicos que les corroen las meninges, ale, he dicho.
Un saludito sin chilaba.
(Con respeto y cariño para Fatiah  -que dice haber descubierto el blog-   así como para con su familia)





6 comentarios:

Sim dijo...

Francissco, espero que no te importe que defienda un poco a Marruecos, un país al que quiero un montón y al que hemos machacado (especialmente los españoles) desde tiempo inmemorial.

Marruecos, con sus problemas, es hoy por hoy la principal esperanza de modernización del norte y centro de Africa. La presión de oligopolio y la corrupción (siendo grande) es comparable a tantos y tantos países de cultura musulmana, aunque habría mucho que matizar ahí, es la cultura del mazdem, del clan familiar... El crecimiento del PIB mejora a ojos vista, remite el tráfico humano (pero con todo, seguirá, es lo que tiene ser frontera, tampoco lo han eliminado en Mexico y USA, y ahí las mafias se matan a tiro limpio en las ciudades del norte). La situación de la mujer, mejora... en gran medida, por la influencia de las emigrantes que han pasado por Europa (factor muy importante). Hay un evidente anhelo de libertad social (que es complejo en un país árabe, que da manga ancha al espacio privado pero nulo al espacio público, dicho de otro modo, en casa haz lo que quieras pero en la calle se guardan las formas)

La visión que se da de Marruecos está muy distorsionada en España y Europa por el eurocentrismo. Sí, son más pobres, carecen en muchos aspectos de nuestros estados del bienestar, tienen estructuras arcaicas que nos chocan, prácticas empresariales poco competitivas y gremiales, y con todo, crece (un 2,5 para 2010), y no como España, con 2 de cada 10 currantes en el paro.

Dats macroeconómicos de Marruecos, aquí: http://www.coface.com/CofacePortal/COM_en_EN/pages/home/risks_home/country_risks/country_file//Morocco?nodeUid=572166

Sim dijo...

Y añado, que sí, que es verdad, que la convivencia con las culturas islámicas es dificil en Europa. Con aspectos de imposible digestión como la situación de la mujer, la zaqat (el diezmo, lo que da al imán la potestad de ser un estado dentro del estado)... Por otro lado, hay que enteder que se escandalicen por muchas cosas nuestras, esos macrobotellones, esa falta de respeto generalizada...

francissco dijo...

En este blog puedes defender lo que te apetezca, Sim, faltaría más.

Quien también debería defender Marruecos, por cierto, es ese tirano sátrapa que tienen por rey, cuya apropiación del país, junto con las familias del maizdem ese, es lo que les obliga a emigrar.

No me extraña que la situación económica sea más presentable; hay menos paro(nos los endosa a nosotros) y las remesas que llegan de Europa hacen de bálsamo.

Pero si no se pelea por sus mujeres desde Europa, no lo hará nadie. Es un silencio estruendoso ese en el que viven. Para mí que les tenemos miedo, digo yo...

Spirit dijo...

Saludos a todos;

Yo siempre me he maravillado de la gran hipocresía mundial que nos atenaza; mientras son demonizados países como Cuba y Venezuela (con cierta razón, que tampoco son una utopía maravillosa) se deja a Marruecos hacer lo que más o menos considera, siendo el rey déspota y acaudalado ese "gran amigo".

Personalmente, he de reconocer que tengo sentimientos contradictorios en esto de la religiosidad y la inmigración. Como leí no sé dónde, al Islam le hace falta un "siglo de las luces" y varias revoluciones francesas, guillotinas incluidas, para salir de su letargo.

Como personas, como humanos, se merecen, por supuesto, todos los derechos y ventajas que les podamos ofrecer. Por eso me da cierta vergüenza ajena propuestas de quitarles la sanidad, la educación y demás servicios sólo por haber venido en pateras jugándose la vida.

Por otra parte, me repugna ver a mujeres en la flor de la vida vistiendo de pingüinos por la calle, sin apenas salir de casa y sin ninguna opción de hacer algo que no sea cuidar del marido. También me repugna ver como grupos integristas van velando por el cumplimiento de normas de la Edad Media y a todas luces represoras. No los quiero a mi lado, no los quiero ni ver. Soy gay, soy vicioso, soy libertino, me gusta el alcohol y me gusta hacerme pajas, me paso tus normas y tu Corán por el culo.

En todo caso, creo que, como bien apuntas, la solución sólo puede venir de las nuevas generaciones, especialmente si éstas están integradas o van asimilando otra cultura y otros valores. Eso no se logra de un día para otro, ni con represión ni con miedo. Requiere de una constancia, un esfuerzo y una pedagogía que no es fácil.

Un abrazo

francissco dijo...

Yo también tengo sentimientos encontrados en todo esto, Spirit. No se le puede negar a un ser humano, como bien dices, las atenciones propias de una sociedad desarrollada, sería cruel e inhumano. Si están aquí sin papeles es por pura desesperación.

Además, es cierto que nos faltan brazos, dado que la población envejece y nada tengo contra el inmigrante hombre de bien, el que intenta honradamente algo tan sencillo como sobrevivir sin dañar los derechos de nadie.

Por supuesto, las entradas de personas deberían ser racionalizadas según la demanda real, lo contrario es puro desatino.

Pero los derechos de cada uno de ellos empiezan y terminan en ellos mismos. No pueden ni deberían tocar la dignidad y libertad de sus hijas, pej, y esos valores deberíamos defenderlos sin la más mínima tibieza, usando nada más ni menos que nuestra Constitución.

Ellas -y nuestros descendientes que deberán de convivir juntos- nos lo agradecerán.

Otro abrazo.

maxtor dijo...

Pero es difícil saber como ayudar a la emancipación de esas mujeres sin entrar en un enfrentamiento directo con sus hombres, porque a estos no les va a hacer ninguna gracia.

Casi sería como si montáramos otra cruzada.